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Los equipos unidos son más felices. Cuando cada miembro está integrado y reconocido en el engranaje y es asumido por el resto, aparecen mágicamente habilidades como la empatía, la resolución constructiva de conflictos, la comunicación asertiva, el autoconocimiento y el conocimiento de los demás y la coordinación de las tareas.
Y no estamos hablando de adorar a cada persona que forme parte de tu equipo. Los “quereres” no pueden elegirse, son viscerales y emocionales (aunque tengan su parte racional). No vamos a decirte, por tanto, que la clave para formar parte de un equipo cohesionado sea profesar amor y/o admiración por la gente que te rodea profesionalmente.
Si la existencia de equipos unidos y sólidos estuviera basada en esto, no habría ni un solo grupo de personas unidas por el desempeño profesional en el que hubiera una verdadera simbiosis.
Así que, la cohesión, se basa más bien en el respeto por las formas, actitudes y talentos de los demás. Y también por el esfuerzo que deben hacer todos los miembros por conocer las carencias, defectos o exaltaciones de sus compañeros/as, no para destacarlas o convertirlos en protagonistas, si no al contrario. No provocarlos y desactivarlos será misión de los que forman parte del grupo. De este modo,aparecerán con esfuerzo y práctica, las deseadas sinergias positivas.
Te dejamos 5 enseñanzas básicas que ejercerán una influencia adecuada en el noble objetivo de tener un equipo unido, sólido, férreo y fuerte:
1. Conócete a ti y a los demás
El primer paso es el autoconocimiento y el conocimiento de los demás. ¿Qué voy a respetar si no me esfuerzo en saber qué debo respetar? ¿Cómo voy a no sentirme agredido/a por otros si no entiendo el por qué de sus reacciones? Manos a la obra. En OyE tenemos una herramienta maravillosa, Structogram® y Triogram® que puede ayudarte.
2. La empatía
Cuando conocemos y asumimos, aparece la empatía. Solo conociendo podemos entender, encajar y respirar hondo ante ciertas actitudes de los que nos rodean. Te volverás menos susceptible y te resultará más fácil comprender los valores y principios del resto. Y esto te ayudará a ampliar tu mapa de opinión y a recibir con los brazos abiertos aportaciones del resto de miembros ante circunstancias a solucionar o a enfocar en el entorno profesional (¡ojo!, y personal).
3. La comunicación asertiva
Si a esto le añadimos el ejercicio de una comunicación asertiva, los resultados ya empezarían a ser visibles. La esencia es decir todo lo que se tiene que decir bajo una premisa fundamental: no herir. Busca la palabra, el gesto, la háptica, la oculesia, la kinesia y la prosodia adecuadas y triunfa.
4. Resuelve conflictos
Ya estaríamos preparados/as para resolver conflictos constructivamente. Cuando se produce la diferencia de criterio, un equipo cohesionado tira de su conocimiento sobre el resto para entender; al empatizar, podrá incorporar nuevas formas de pensar poniendo en valor la aportación antes de “discutir” y, finalmente, construirá el mensaje que saldrá de su boca, de su mente y de su cuerpo desde la asertividad, facilitando el entendimiento.
5. Gestiona la tareas
La guinda del pastel la pondrá una buena coordinación y distribución de tareas. Lee entrelíneas para, basándote en los talentos, hacer un reparto de labores y responsabilidades acordes al conocimiento de los comportamientos y habilidades de cada persona.
No podemos decirte que es un proceso rápido y fácil para tener equipos unidos, pero podemos afirmar desde OyE que es totalmente factible.
Nuestros planes de formación pueden ayudarte. Contacta con nosotros y te contamos.
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