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La inversión en formación empresarial es esencial para el crecimiento de tu empresa. Sin embargo, es normal que te cuestiones cuál es su verdadero impacto. La manera más efectiva de conocerlo es midiendo el retorno de inversión, aunque no es tarea fácil. En este artículo, te ofrecemos un análisis detallado para explicarte qué és, por qué es tan importante, cuáles son los factores que dificultan su medición y qué beneficios tangibles e intangibles pueden aportar estas inversiones a tu empresa a lo largo del tiempo.
¿Qué es el retorno de la inversión (ROI)?
El retorno de la inversión (o ROI, según sus siglas en inglés) es la brújula financiera de un negocio. Representa la relación entre las ganancias y los costes totales de una inversión. En términos simples, es una medida que nos dice cuánto se ha ganado en comparación con lo que se ha invertido. Esta métrica es esencial para evaluar el rendimiento económico y la rentabilidad de una empresa de manera sencilla y directa.
Ahora bien, cuando hablamos del retorno de la inversión en formación empresarial, la cosa se complica. A diferencia de otras inversiones más tangibles, el ROI en formación requiere un enfoque estratégico y la comprensión de diversos factores. Estos son algunos de los elementos que debes saber:
1. Es muy difícil medirlo
El ROI en formación empresarial se diferencia de otras métricas más cuantificables.
No es tan evidente como otro tipo de inversión.
Imagínate que eres el dueño de un negocio, tienes un restaurante, por ejemplo. Tras varios meses gestionando el local, sabes lo que vas a invertir en la materia prima que todo restaurante necesita, conoces el salario que vas a proporcionar a cada uno de tus empleados y estás al tanto de otros posibles gastos que puedan surgir. En este caso, medir el retorno de inversión es muy sencillo. Es posible calcular cuánto debes vender para recuperar todo lo que has invertido en la compra de producto, en los sueldos de los trabajadores, en el mantenimiento del local, etc.
Sin embargo, cuando decides volcar parte de ese presupuesto general de la empresa en la capacitación de los trabajadores y su formación, el cálculo no es tan obvio. Ya no se trata de calcular unos ingresos directos. sino que debes evaluar cómo la inversión en conocimientos y habilidades se traduce en mejoras tangibles en el rendimiento y la eficiencia organizativa de la empresa.
2. Es necesario un análisis previo
Antes de tomar la decisión de invertir en formación, es crucial realizar un análisis exhaustivo de la situación actual de tu empresa. Conocer los números que realiza tu negocio y otros elementos clave previos a la formación proporciona una base para evaluar el cambio y determinar la efectividad de los programas implementados.
Beneficios de invertir en formación
Dentro de lo complejo que puede ser medir el retorno de inversión en formación empresarial, existen unos beneficios claros que respaldan esta decisión:
1. Ahorras en costes de contratación
La formación de tu equipo de trabajo actual ahorra costes de contratación, ya que al estar más capacitados no es necesario contratar nuevos miembros a tu plantilla.
En algunas ocasiones, la contratación de nuevos puestos de trabajo se encomienda a empresas externas que cuentan con tasas muy elevadas. Incluso si decides tomar tú las riendas del proceso de contratación, este es bastante costoso, ya no solo económicamente, sino también en términos de tiempo.
De esta manera, invirtiendo en formación evitas procesos de contratación complejos, y contribuyes al ahorro de recursos tanto en tiempo como en dinero.
2. Un entorno laboral más saludable
En OyE hemos resaltado en varias ocasiones lo importante que es mantener un entorno laboral ordenado. Este factor es fundamental para impulsar la productividad de tu equipo, ya que se ha comprobado que un ambiente sano favorece la comodidad y la eficiencia de los trabajadores.
Cuando decides invertir en la formación de tus empleados, estás proporcionándoles las herramientas necesarias para abordar las tareas pendientes de manera más competente. Este aumento en la capacidad se traduce directamente en un incremento de la productividad, lo cual impacta positivamente en las ganancias de la empresa.
Ademas, esta inversión también tiene un efecto motivador en los empleados al hacerles sentir que la empresa confía en ellos y está comprometida con su desarrollo profesional. Este sentido de pertenencia y confianza es esencial para que cada miembro del equipo se sienta valioso dentro de tu empresa.
Aunque destinar parte del presupuesto a la capacitación de los trabajadores pueda percibirse como un gasto adicional, los beneficios en términos de productividad y satisfacción laboral son evidentes. Al reducir el número de nuevas contrataciones y optar por potenciar las habilidades de las personas que ya forman parte de tu equipo, se genera un cambio positivo en el entorno laboral, fortaleciendo la confianza y la colaboración entre los trabajadores, y contribuyendo así al éxito sostenible de la empresa.
3. Disminución de errores
Tener una empresa no siempre es coser y cantar. Se cometen errores, y esos errores pueden llegar a salir caros. Sin embargo, cuando optas por invertir en formación, tendrás a tu disposición un equipo de expertos cuya función principal dentro de su entorno de trabajo es disminuir la cantidad de errores que se pueden cometer.
Un equipo más formado es un equipo más competente. Si le das las herramientas necesarias a tus trabajadores, la probabilidad de que ellos mismos quieran asegurarse de que los resultados y los beneficios son positivos aumenta considerablemente.
Reducir la probabilidad de errores resulta, en una empresa, más eficiente y, aunque no aumenta directamente los ingresos, contribuye a la reducción de pérdidas.
En conclusión, medir el ROI en formación empresarial puede ser desafiante, pero los beneficios derivados justifican la importancia de implementar estos programas de capacitación. Si aún tienes alguna duda, en OyE te la resolvemos. ¿A qué esperas para contactarnos?
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